lunes, 24 de octubre de 2011

Los Castillos de Calañas

Según Romero Mantero, al no estar datados los citados yacimientos, hay que recurrir a las referencias que se hacen en los estudios realizados sobre la zona en ésta época, y más concretamente de su encasillamiento.

 
         Hay pruebas documentales (Catalogo de Yacimientos) que corroboran la existencia de los Castillos de Calañas y Sotiel, éste último situado en el Cerro de la Castillejita. Aunque no se sabe con seguridad del origen de los mismos, se podría datar del año 1.177, según manifiesta el profesor Don Julio González que dice que :” para proteger Andalucía, el califa de Sevilla fortificó la frontera" o bien según manifestación de Pérez Embid y González Jiménez , " el Rey Sancho IV, en 1.294 ordenó la construcción de una serie de castillos, cuyo número se ampliaría en los dos reinados siguientes". 
         Dice D.Pedro Ortiz Guerrero en su manuscrito: “......la población de Calañas está sobre collado al remate de la falda de un peñón que se divisa de las alturas de Castilleja de la Cuesta, junto a Sevilla, y es de la figura del Peñón de Gibraltar; tiene en longitud más de cuarto de legua desde la salida del pueblo a su final al Oriente. En el primero se halla en su altura un aljibe de argamasa, y vestigios del Casino del Alcayde que había en la fortaleza, cercada de pared, que llaman Castillo.
      Toda la falda de los peñones está llena de piedra o pedernales unos chicos, medianos y gruesos, como para defensa, antes de la invención de la pólvora, y se sube a la altura del Castillo por una vereda que va por la cumbre. El Peñón del Castillo a la falda del medio día tiene una grande escavación que llaman la Casa de la Reina". 

       
De la desaparición de los mismos tampoco podemos afirmar nada, pero se tienen de ellos conocimientos a través de la memoria histórica de los calañeses, recogida en documentos del siglo XVIII, pasando al campo de la leyenda y a la posterior denominación (Casa de la Reina) que quiere recordar su existencia.
         En 1.847, el diccionario de Pascual Madoz, describiendo el término de Calañas, dice: “..... en el se encuentran bastantes sierras y en una de ellas en el paraje llamado del Castillo, punto muy elevado, un aljibe, restos de fortificaciones y algunas cuevas hechas en la misma piedra”. 
 CALAÑAS, 2011

martes, 11 de octubre de 2011

EL CONVENTO (Antiguo Beaterio de Carmelitas)



           Posiblemente date del siglo XIII o XIV, aunque hasta 1.764, no aparecen referencias claras de su existencia:  “ Doña Isabel Damiana Tello de Eslava, nombra como único heredero al Beaterio del Señor San José de Carmelitas, establecido en la villa de Calañas”.  Se encuentra situado en la Calle Manefique y  parte de él ha estado durante un tiempo está dedicado a la Residencia de Ancianos San José, actualmente cerrada, y otra parte del conjunto, está ocupada por Hermanas Salesianas.  
     En su capilla, moran las imágenes de María Auxiliadora y San Juan Bosco, tradicionalmente queridas y veneradas en el pueblo.   


Con motivo del terremoto de 1.755, el edificio amenazaba peligrosa ruina y a pesar de la obras de reedificación ejecutadas por el maestro arquitecto Thomas Bottani, natural del lugar de Lugano, provincia de los Cantones Católicos, consta que las Beatas viven con incomodidad por la estrechez de las habitaciones, por la humedad y falta de desagüe de las lluvias, causándoles continuas enfermedades, por lo que deberá preverse que el principal objeto a que se dedique la herencia de Doña Isabel será a la conclusión de la Iglesia principiada y también a la construcción de habitaciones cómodas y fuertes. De la existencia de este monasterio, desconocida hasta ahora en la Orden, no se tienen noticias ni siquiera en el Archivo Carmelitano de la Bética, a pesar de que su existencia se prolonga durante 250 años. A finales del XVIII y principios del XIX había decaído el monasterio y las vocaciones en el mismo. A principios del siglo XIX, era Beaterio pobre de Carmelitas Calzadas, con una Iglesia nueva y celdas capaces para la Comunidad y en Noviciado. Cuentan que la dote de entrada al mismo por parte de las beatas, era de 100 ducados, y que solo dos de ellas salían a pedir de tiempo en tiempo con licencia del ordinario.
     Las Hijas de María Auxiliadora (Salesianas) llegan a Calañas y tomarán posesión del Beaterio el 26 de Julio de 1943, con el objeto de dedicar la Casa a residencia de hermanas enfermas y mayores de la Inspectoría, que por el enclave serrano de la villa favorecería a su salud. 
      En febrero de 1.972, la Inspectora, autorizada por el Consejo general, ofreció al obispo ceder la Casa de Calañas a la diócesis para que pudiera ser empleada en alguna obra benéfica, social o apostólica a favor del pueblo. Seis años más tarde, el Obispo se pone en contacto con la Inspectoría requiriendo la apertura de la Casa y la presencia de las Hermanas. La Provincial, la Madre Consuelo Palacios, le respondió comunicándole que excepto la parte nueva, estaba dispuesta a ceder la propiedad del edificio, ya ofrecido anteriormente, al obispado o a la parroquia, si el prelado era conforme. (El querer reservar la parte nueva era la posibilidad de establecer en un futuro próximo una pequeña Comunidad que atendiese a las necesidades de la parroquia y del pueblo. Esta idea ya había sido prometida al párroco de Calañas con la colaboración de dos o tres hermanas para el verano de 1.976). En mayo de 1,978, éste anunciado proyecto se hace realidad cuando la congregación pide autorización al obispo para establecer en Calañas una “pequeña Comunidad” tan pedida por el Párroco. Con estos antecedentes y premisas el obispo autoriza la nueva presencia de las Hermanas en Calañas dando una prueba de aprecio por la Obra Salesiana firmando la autorización, como lo hizo constar, con fecha 24 de mayo, para ponerla también por su parte bajo la protección de María Auxiliadora y pedirle que la presencia en Calañas fuese definitiva. Desde entonces y hasta nuestros días, ésta presencia ha sido una realidad. 

CALAÑAS, 2011