martes, 11 de octubre de 2011

EL CONVENTO (Antiguo Beaterio de Carmelitas)



           Posiblemente date del siglo XIII o XIV, aunque hasta 1.764, no aparecen referencias claras de su existencia:  “ Doña Isabel Damiana Tello de Eslava, nombra como único heredero al Beaterio del Señor San José de Carmelitas, establecido en la villa de Calañas”.  Se encuentra situado en la Calle Manefique y  parte de él ha estado durante un tiempo está dedicado a la Residencia de Ancianos San José, actualmente cerrada, y otra parte del conjunto, está ocupada por Hermanas Salesianas.  
     En su capilla, moran las imágenes de María Auxiliadora y San Juan Bosco, tradicionalmente queridas y veneradas en el pueblo.   


Con motivo del terremoto de 1.755, el edificio amenazaba peligrosa ruina y a pesar de la obras de reedificación ejecutadas por el maestro arquitecto Thomas Bottani, natural del lugar de Lugano, provincia de los Cantones Católicos, consta que las Beatas viven con incomodidad por la estrechez de las habitaciones, por la humedad y falta de desagüe de las lluvias, causándoles continuas enfermedades, por lo que deberá preverse que el principal objeto a que se dedique la herencia de Doña Isabel será a la conclusión de la Iglesia principiada y también a la construcción de habitaciones cómodas y fuertes. De la existencia de este monasterio, desconocida hasta ahora en la Orden, no se tienen noticias ni siquiera en el Archivo Carmelitano de la Bética, a pesar de que su existencia se prolonga durante 250 años. A finales del XVIII y principios del XIX había decaído el monasterio y las vocaciones en el mismo. A principios del siglo XIX, era Beaterio pobre de Carmelitas Calzadas, con una Iglesia nueva y celdas capaces para la Comunidad y en Noviciado. Cuentan que la dote de entrada al mismo por parte de las beatas, era de 100 ducados, y que solo dos de ellas salían a pedir de tiempo en tiempo con licencia del ordinario.
     Las Hijas de María Auxiliadora (Salesianas) llegan a Calañas y tomarán posesión del Beaterio el 26 de Julio de 1943, con el objeto de dedicar la Casa a residencia de hermanas enfermas y mayores de la Inspectoría, que por el enclave serrano de la villa favorecería a su salud. 
      En febrero de 1.972, la Inspectora, autorizada por el Consejo general, ofreció al obispo ceder la Casa de Calañas a la diócesis para que pudiera ser empleada en alguna obra benéfica, social o apostólica a favor del pueblo. Seis años más tarde, el Obispo se pone en contacto con la Inspectoría requiriendo la apertura de la Casa y la presencia de las Hermanas. La Provincial, la Madre Consuelo Palacios, le respondió comunicándole que excepto la parte nueva, estaba dispuesta a ceder la propiedad del edificio, ya ofrecido anteriormente, al obispado o a la parroquia, si el prelado era conforme. (El querer reservar la parte nueva era la posibilidad de establecer en un futuro próximo una pequeña Comunidad que atendiese a las necesidades de la parroquia y del pueblo. Esta idea ya había sido prometida al párroco de Calañas con la colaboración de dos o tres hermanas para el verano de 1.976). En mayo de 1,978, éste anunciado proyecto se hace realidad cuando la congregación pide autorización al obispo para establecer en Calañas una “pequeña Comunidad” tan pedida por el Párroco. Con estos antecedentes y premisas el obispo autoriza la nueva presencia de las Hermanas en Calañas dando una prueba de aprecio por la Obra Salesiana firmando la autorización, como lo hizo constar, con fecha 24 de mayo, para ponerla también por su parte bajo la protección de María Auxiliadora y pedirle que la presencia en Calañas fuese definitiva. Desde entonces y hasta nuestros días, ésta presencia ha sido una realidad. 

CALAÑAS, 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario